¿Hasta qué punto, en ocasiones, nos
dejamos llevar por la sabiduría popular, solo para descubrir que nos pelamos,
para usar ese término tan cotidiano? Veamos algunas perlas de ese collar. Si
bien es cierto que debes mirar antes de saltar, el que espera mucho nada
consigue, ¿o no? Otra más: muchas
manos en la sopa ponen el caldo morado, pero dos cabezas piensan mejor que una
¿qué tal? El
que nada arriesga, nada gana, pero recuerda que nunca debes poner todos tus
huevos en una misma canasta, así que más vale prevenir que lamentar, ego
dixit.
Dicen que en la distancia el cariño
crece, pero te meten la zancadilla con amor de lejos, amor de pendejos,
‘na guará. Y a la hora de resolver disputas, hay quienes se van por la ley del
Talión: ojo por ojo, diente por diente; pero los menos aguerridos se
arriesgan a poner la otra mejilla; no sé el por qué, porque el tanganazo
duele y bastante. Otros alegan que nunca es tarde para aprender,
mientras otros nos recuerdan que loro viejo no aprende a hablar. Si
la oportunidad la pintan calva y hay que agarrarla por los pelos, no
olvides que después del apuro, solo queda el cansancio, ¡uufff! Y por
último, si el amor es ciego, cómo es qué… ¿Siempre encuentra el
camino? ¡Explíquenmelo!
Autor: M. Sc. Jesús Navas Bruzual
Lingüista & Traductor
IUTIRLA Extensión
Cumaná
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