En el
español de Latinoamérica y muy especialmente en Venezuela, es inevitable romper
con la norma impuesta por la Real Academia. La mezcla de razas, dialectos, costumbres
y quehaceres, ha dado lugar, en el oriente venezolano, a construcciones como
“ampoas” para designar las ampollas que
aparecen en la palma de la mano o en el talón del pie. Otro caso son “las
pichas”, término con doble significado: son los caramelos que
piden los chiquillos cuando desfilan las carrozas en el carnaval o son las metras con
las que juegan. Los guarichos son
los muchachos de corta edad (como los escuincles en
México), pero si entre ellos hay uno catirito, con pecas y cabello castaño rojizo,
entonces ¡ese es un bachaco! Las
féminas se reúnen en el porche o en el pórtico pa’ echase un pote (no
de jugo;es un chisme o un cuento), y en los tiempos juveniles de nuestros
abuelos, era común ir donde el turco a comprar los paños de mota (las
toallas de baño),las
blumas (las pantaletas),o los guachicones (zapatos
de goma).
En
términos geográficos más amplios, cuando queremos celebrar algo hacemos una vaca,
pero si no juntamos todos los churupos, entonces… ¡repartimos la cochina!
Todo aquel que emigra del interior del país a la Isla de Margarita es un navegaíto y
después se convierte oficialmente en ñero o en hijo ‘er diablo.
Aquel que sabe mucho o está preparado para una labor está amolao, no
importa que después de finiquitarla termine agalloneao (adolorido
o con mialgias), ycuando en una discusión se barajan
ideas incompatibles, eso es un arroz con mango;
por eso y para no pelarse, hay que comer avispa, porque
cigarrón atora. Ese es el hablar de nuestro país.
Autor:
M.
Sc. Jesús Navas Bruzual
Lingüista
& Traductor
IUTIRLAExtensión
Cumaná
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